Enciclopedia de Historia
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ADRIANO
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Hombre cultivado y gran admirador de la civilización griega, Adriano fue uno de los grandes emperadores romanos. Aunque no perseveró en las conquistas de su pariente y predecesor, Trajano, su política pacificadora y su interés por consolidar y unificar el imperio le han valido un puesto de honor en la historia de Roma.
Publio Elio Adriano (Publius Aelius Adrianus) nació, al parecer, en Itálica, Hispania, el 24 de enero del 76 d.C. Fue educado en Roma y allí comenzó su carrera política, bajo la protección de su tío el emperador Trajano, al que sucedió en el 117. En política interior, sus esfuerzos se centraron sobre todo en reforzar la unidad del imperio, crear una administración sólida y eficaz y asegurar el orden, la prosperidad y la paz. En este sentido, una de sus actuaciones más importantes fue la reestructuración del consejo imperial (consilium principis), formado por técnicos, juristas y políticos, en colaboración con los cuales reformó la legislación y organizó todos los sectores de la vida pública. Adriano impulsó la extensión de la pequeña propiedad agrícola, facilitó el acceso al derecho de ciudadanía, favoreció la coexistencia del culto imperial y las religiones tradicionales y extranjeras, reforzó la disciplina del ejército aboliendo privilegios y favoritismos, fomentó las relaciones entre las diversas provincias del imperio y participó activamente en la vida literaria y cultural de su tiempo.
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