ALFONSO II DE ASTURIAS

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La unidad del reino asturiano, primer foco efectivo de la resistencia de la península ibérica a la invasión musulmana durante la Reconquista, tuvo en Alfonso II a su principal valedor. Alfonso II nació el año 759 en Oviedo, Asturias. Nieto de Alfonso I, en el 783 fue desplazado del trono por su tío, Mauregato. El sucesor de éste, Vermudo I, incapaz de contener el avance de los ejércitos del emir de Córdoba, Hisam I, abdicó en el 791 en Alfonso, quien trasladó la corte a Oviedo. Cuando en el 794 la nueva capital del reino astur fue sitiada y saqueada por los ejércitos de Abd al-Malik y Abd al-Karim, Alfonso reunió a sus tropas en el lugar por donde aquéllos habían llegado, la calzada de la Mesa, y los aplastó a su regreso. Al año siguiente, Abd al-Karim emprendió una nueva y más profunda incursión en el reino: conquistó Astorga, destruyó la capital por segunda vez y derrotó al monarca cristiano en el valle del Nalón. Sin embargo, la muerte de Hisam y las revueltas que estallaron en el emirato contra su sucesor, al-Hakam, brindaron a Alfonso II la oportunidad de contraatacar y, en el 798, dirigió una expedición contra Lisboa. Aunque en los años siguientes y hasta su muerte, ocurrida en Oviedo en el 842, hubo de continuar su lucha contra los musulmanes, Alfonso II consiguió preservar la unidad del reino astur, único reducto de la cristiandad en el norte de la península frente al avance del Islam, que se constituyó en el heredero de la tradición goda peninsular mediante la adopción de sus instituciones más tradicionales, como el oficio palatino y su organización eclesiástica.