Agricultura - pág.16

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A medida que aumentaba el empleo de medios técnicos en el cultivo de la tierra, la escala de extensión de las explotaciones agrarias se incrementó. El espacio máximo que podía trabajar una persona con su solo esfuerzo era de una hectárea. Cuando se introdujo la tracción animal, los terrenos trabajados cubrían superficies de hasta veinte hectáreas y, al aparecer la mecanización, la extensión experimentó un notable incremento, ya que era necesario amortizar los costos que dichos medios conllevan: las explotaciones mecanizadas pueden cubrir incluso varios kilómetros cuadrados. Dado el papel predominante que la agricultura tuvo en la economía y en la riqueza de los pueblos hasta la revolución industrial, la distribución y el régimen de explotación de la tierra han sido elementos desencadenantes de conflictos sociales a lo largo de la historia. Las resultantes del juego de fuerzas políticas y económicas que operan en las sociedades tienen su reflejo en la configuración de la propiedad de los terrenos agrícolas y en la extensión de éstos en los distintos países y regiones. Así, durante mucho tiempo, junto al minifundio, o pequeña propiedad explotada por lo general artesanalmente por una familia propietaria con finalidad de autoabastecimiento, se han desarrollado el latifundio y las grandes plantaciones, extensas explotaciones en las que el propietario se sirve de personas asalariadas, o jornaleros, para trabajar la tierra.