Invertebrados

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En el mundo animal, una gran mayoría de las especies están desprovistas de esqueleto óseo y se incluyen en la categoría de los invertebrados. Desde los primitivos protozoos, formados por una única célula y de tamaño microscópico, hasta los grandes pulpos y calamares gigantes que alcanzan varios metros de longitud y que son los mayores invertebrados que se conocen, toda una gama de organismos, agrupados según su estructura y características biológicas, dan idea de la diversidad de caminos que la evolución ha seguido en el transcurso de millones de años para constituir los múltiples grupos animales anteriores a la aparición de los cordados. Los invertebrados constituyen un gran grupo dentro del reino animal que se caracteriza por la carencia de esqueleto óseo. Dada su ingente heterogeneidad, la diferenciación de este conjunto obedece más a criterios descriptivos que a pautas de distinción filogenética. Animales unicelulares Los animales más rudimentarios que existen son los protozoos, unicelulares y en su mayor parte microscópicos. Aunque aparentemente se trata de organismos muy simples, en realidad muchas de sus formas presentan una notable complejidad. Así aparecen en ellos estructuras digestivas subcelulares; otras de carácter locomotor, como son los cilios (conjunto de filamentos cortos a modo de pestañas con los que ciertos protozoos se desplazan), que se hallan conectados entre sí y coordinados en sus movimientos; e incluso núcleos dobles (como ocurre también entre los ciliados), uno de los cuales gobierna la actividad de la célula mientras que el otro dirige la reproducción.