Cómo lograr el éxito - pág.18

Pero como no sabía mucho sobre prueba de aptitudes, pensó que el noventa y ocho era su coeficiente intelectual, una calificación de noventa y ocho está por debajo del promedio, y como veinte puntos abajo de lo que hace falta para la universidad. Se convenció de ello y descartó toda su carrera de puro tímido, estaba convencido de que no podría trabajar a nivel de universidad, pero fue a la universidad. Después del primer semestre estaba reprobando o casi reprobando todas las materias. Su consejero lo llamó y le dijo: Cuál es el problema? Su secundaria fue excelente y estos cursos solo tienen un grado más de dificultad de lo que su secundaria. Tiene problema con las chicas? Con las drogas? Con la adaptación? Qué es lo que pasa? Y dijo pues señor, hago lo más que puedo, no puede culparme. Saqué noventa y ocho de IQ. El consejero lo vió y le dijo: De que estás hablando? Y dijo: Pues en su carta decía que saqué noventa y ocho en la prueba de aptitudes. Y el dijo: Hijo eso no es un IQ, eso no es tu coeficiente intelectual, de ninguna manera. Lo que pasa es que llegaste a un nivel más alto que el noventa por ciento de los estudiantes en el país que hicieron esa prueba. Eres uno de los chicos más brillante en la universidad.