Curso de Psicología Comercial - pág.32

En ocasiones, los resultados de unas y otras pueden ser semejantes. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la decisión que ha sido convenientemente madurada y meditada es la que tiene mayores posibilidades de ser la más adecuada para resolver el problema.

Esta conducta o esta manera de obrar, que podemos denominar impulsiva, juega un papel importante en la adquisición de bienes, básicamente en el campo de consumo más que en el de Bienes de Equipo, pero sin que pueda descartarse, en absoluto, como práctica poco habitual en este sector. También se adquieren bienes costosos y duraderos de una manera impulsiva pagando, desgraciadamente, un alto precio por tal decisión.

Contrariamente a lo que ocurre con una decisión habitual o rutinaria, las decisiones tomadas impulsivamente son precedidas de una inadecuada información (que puede ser parcial o insuficiente).

Este tipo de situaciones podrían tipificarse en un sencillo ejemplo. Un individuo se encuentra con que a la hora de afeitarse se le han acabado las cuchillas que utiliza habitualmente. Sale a la calle y se acerca a la droguería más próxima a comprar un paquete de recambio y se encuentra con que no tienen la marca que él utiliza o el modelo que vale para su maquinilla. Sale del establecimiento sin adquirir nada y se acerca a otro, encontrándose con que tampoco tienen recambios para su máquina pero sí los tienen para otras similares y, además, tienen ofertas de introducción de otras marcas por lo que con el mismo dinero puede adquirir las cuchillas y la maquinilla.