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Al hablar de la publicidad de un producto determinado hay que tener e cuenta una serie de factores, como son: su presentación, su color, su tamaño, su envase, su sabor...
A todas estas características se las denomina "valor añadido", que no siempre son fáciles de encontrar, pero se pueden descubrir.
Otros factores importantes son: el precio, la promoción
y la distribución.
Los objetivos publicitarios, dependientes de los objetivos de marketing, responden a tres necesidades: informar, persuadir y recordar.
Pero, por otra parte, las campañas publicitarias pueden poseer otros objetivos más específicos, tales como:
- Ayudar a introducir el producto en el mercado.
- Mantener el mercado actual.
- Ayudar a conseguir establecimientos adecuados y cualificados para su comercialización .
- Preparar el camino para los vendedores.
- Informar de los nuevos productos disponibles y su uso.
- Lograr el contacto con consumidores potenciales.
- Vender la imagen de marca.
- Lograr una mejor disposición de compra.
Así, pues, podríamos decir que:
Es por todo ello que los objetivos deben ser:
- Realistas, es decir, ni demasiado altos ni demasiado bajos respecto a la situación de marca y del mercado.
- Específicos y no genéricos.
- Referidos a cierto período: objetivos a plazo medio y objetivos a plazo más largo.
Señalemos, pues, que la publicidad pura es una técnica de comunicación de estos objetivos y, para lograrlo, se puede aplicar el siguiente método:
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