La Estrategia en el Negocio - pág.14

Y no solo eso: Darío no podía ordenar al resto de su ejército que avanzara, mientras enfrentaba un ataque directo contra su propio campo. Entonces Darío ordenó: Deténgalo, deténgalo rápido. Si, hacemos todo lo posible, señor, pero aun así continúa avanzando. Darío dijo: Si no lo detienen sus tropas nos abrazarán. Si señor, existe esa posibilidad. Y los hombres de Alejandro seguían avanzando, con Alejandro al frente. Ninguno de los persas habían esperado este tipo de asalto. Entonces Darío dijo: Bueno si esta es la forma en que esto va a continuar, creo que volveré al palacio a comer y ustedes pueden continuar la batalla. Acto seguido montó en su carroza con sus banderas de guerra ondeando al aire y partió. A su alrededor se encontraban sus generales quienes dijeron: Señor no nos gustaría que comiera solo, por lo que iremos con Ud, montaron en sus carrozas y también se fueron.

El resto de los ejércitos no sabían lo que estaba sucediendo, había mucho polvo y confusión, gritos, toques de trompetas, ruidos de caballos, quejidos de moribundos, era en verdad horrible; pero al final se enteraron de que Darío estaba huyendo. Estos hombres no eran especialmente inteligentes, no tenían estudios especiales, eran hombres sencillos, humildes, eran hombres de guerra, pero podían sumar dos más dos.