|
En la mitad de los casos, se encuentra proteinuria de cadenas ligeras. Una forma especial de mieloma es el quiescente, que presenta un componente mieloma sérico superior a 3 g/dl y una proporción de células plasmáticas en la médula ósea superior al 10%, sin anemia, osteólisis, hipercalcemia, insuficiencia renal, ni otras manifestaciones debidas a la gammapatía monoclonal. Estos pacientes son importantes para su reconocimiento, pues no deben tratarse hasta que exista una evidente progresión de la enfermedad. Los criterios diagnósticos de pacientes con MM más frecuentes son: componente M sérico y/o urinario, infiltración medular por células plasmáticas y lesiones osteolíticas. Con el empleo de melfalán o ciclosfosfamida, en general asociados a prednisona, se consigue una tasa de respuestas del 50-60% y la media, de supervivencia, desde el inicio del tratamiento, oscila entre los dos y tres años. En los pacientes resistentes a los agentes alquilantes, el tratamiento de rescate con VBAB o VBAD da lugar a un 25-35% de respuestas. Una dosis de ciclofosfamida entre 600 y 1.000 mg cada tres semanas, junto a 50 mg de prednisona en días alternos, constituye un buen tratamiento paliativo para los pacientes ya resistentes, así como en pacientes de edad avanzada, con un mal estado general o con una escasa reserva medular. El trasplante alogénico solo puede aplicarse a una minoría de enfermos (menos del 5% de los mismos tienen una edad inferior a los 50 años y disponen de un donante histocompatible). Para mejorar los resultados del trasplante alogénico se debería disminuir la enfermedad del injerto contra el huésped, quizá con un trasplante a partir de células CD34 de la sangre periférica, y disminuir la frecuencia de las recaídas, tal vez con una transfusión de los linfocitos del donante postrasplante.
|