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pensamiento
thinking
Antropología
m. Este término puede tener varias acepciones: 1) capacidad y ejercicio de la actividad intelectiva del hombre; 2) proceso del pensar; 3) fruto o término del pensar. Pero todas tienen en común que lo consideran algo exclusivamente humano; de hecho, aquí nos vamos a referir solamente a la capacidad de pensar. Esta capacidad se resume en dos actividades: abstraer y reflexionar. La abstracción es el proceso por el que la mente capta aquello que es esencial en lo que percibimos. Los sentidos nos suministran la imagen de lo concreto y de lo individual, es decir, de las cualidades accidentales, cambiantes, como el color, la forma, el sonido, el peso, etc., de los objetos sensibles. Si esto lo referimos a una mesa, p. ej., ninguna de esas cualidades constituye lo esencial de una mesa. Hay mesas de madera o de mármol, las hay cuadradas, redondas, elipsoidales, pueden tener un soporte, cuatro o múltiples, y todas son mesas. Así, la información que nos proporcionan los sentidos no corresponde al concepto, a la idea, de mesa. Para llegar a una idea que convenga a toda esa diversidad de mesas hay que prescindir de lo accidental, de todo lo sensorial, o, en otras palabras, de toda la información que llega a la corteza sensorial. Queda claro, pues, que la abstracción o ideación es una función distinta de la sensación: esta es material, neuronal, aquella no es material, ni se realiza a nivel neuronal. Que en el proceso de abstracción se prescinda de lo sensible no quiere decir que la información sensorial sea superflua.
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