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Su principal clasificación se basa en esta última característica, de manera que los soplos pueden ser sistólicos, cuando empiezan con o después del primer ruido cardiaco; diastólicos, si lo hacen con o tras el segundo ruido cardiaco, o continuos, cuando ocupan, sin interrupción, todo el ciclo cardiaco. Dentro de cada una de esas fases, los soplos pueden ocurrir antes, durante o después del sístole o diástole, o bien ser holosistólicos u holodiastólicos, si ocupan la fase completa. En cuanto a su intensidad, los soplos cardiacos suelen graduarse en una escala creciente, de cuatro o seis grados, además de clasificarse como soplos crecientes, cuando su intensidad aumenta de manera continua; decrecientes, cuando disminuye; constantes, cuando su intensidad es constante, y fusiformes o romboidales, cuando su intensidad crece inicialmente y decrece al final. La cualidad del sonido es muy variable y, dependiendo de ella, se habla de soplos rugosos, suaves, en graznido de gaviota, piantes, musicales, etc. En general, los soplos cardiacos son debidos a la formación de turbulencias en los cambios abruptos de calibre vascular, secundarios a la presencia de una alteración cardiaca (soplos orgánicos o secundarios a una cardiopatía), aunque, en algunas ocasiones, se auscultan en corazones sanos, sin ninguna evidencia de afectación cardiaca (soplos funcionales o inocentes).
soplo de Austin-Flint
Austin-Flint´s murmur
Cardiología
Soplo telediastólico en foco mitral que es típico de la insuficiencia aórtica severa, probablemente es producto de la estenosis mitral funcional que provoca.
soplo de Carey-Coombs
Carey-Coombs´ murmur
Cardiología
Soplo protodiastólico mitral, de baja frecuencia, que se ausculta en insuficiencias mitrales severas, como un signo de estenosis mitral relativa funcional por hiperaflujo diastólico.
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