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Si los templos fueron la expresión de las religiones dominantes, castillos y palacios constituyeron, hasta el desarrollo de las modernas sociedades industriales, el símbolo máximo de los poderes temporales.
La palabra castillo, derivada del latín castellum, diminutivo de castrum, que significa campamento fortificado, se aplica, en sentido estricto, a un tipo de edificio fundamentalmente defensivo protegido con murallas, torres y fosos, característico de la edad media europea. El palacio, sin embargo, si bien en algunas ocasiones tuvo rasgos de fortaleza, se define, a lo largo de la historia, como una residencia más bien lujosa, propia de un príncipe o un rey. Este término acabó designando también las grandes mansiones nobiliarias de carácter monumental construidas desde el Renacimiento.
El castillo
Estructura general. Construcción defensiva fundamental en la sociedad feudal europea, el castillo era la residencia fortificada de un rey o señor. Solía construirse aislado y en lugares elevados o de difícil acceso.
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