Mont Saint Michel

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En un hermoso paraje de la costa normanda, sobre un promontorio rocoso, se levanta la abadía de Mont-Saint-Michel, brillante ejemplo del arte medieval francés. El monasterio de Mont-Saint-Michel está asentado en un islote de granito, de forma más o menos circular, que sobresale unos cien metros de la bahía del mismo nombre. La mayor parte del tiempo dicho monte está rodeado por bancos de arena y sólo se convierte en isla cuando las mareas son muy altas. Antiguamente, este promontorio recibía el nombre de Mont-Tombe y en él se tributaba culto a varios santos cuando una fuerte marea, a comienzos del siglo VIII, provocó su separación de la costa. En ese mismo siglo, el obispo san Aubert de Avranches quiso construir allí un santuario tras la aparición del arcángel Miguel. La iglesia primitiva fue sustituida por una abadía carolingia, integrada por monjes procedentes de Fontenelle, y en seguida se convirtió en un importante centro de peregrinación.