Arte Gótico - pág.8

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Las catedrales españolas más célebres se iniciaron en el siglo XIII. Éste es el caso de las de Burgos, Toledo y León, con altas torres en sus fachadas, abundante decoración escultórica en las portadas y vidrieras de gran virtuosismo. En el siglo XIV destacó, sobre todo, la arquitectura catalana, caracterizada por la austeridad de líneas, el predominio del muro y la escasa decoración. El espacio interior era más amplio y unitario, con planta rectangular o de salón y tres naves espaciosas no muy altas. Hay que señalar, entre otras, las catedrales de Barcelona y Palma de Mallorca, así como la iglesia de Santa María del Mar de la capital catalana. En cuanto a la arquitectura civil, sobresalió el salón Tinell del Palacio Real de la misma ciudad. La introducción del flamígero en el siglo XV ofreció un particular esplendor constructivo, con edificios de grandes proporciones y rica ornamentación, como es el caso de la catedral de Sevilla. Hacia mediados de este mismo siglo se evolucionó hacia unas formas profusamente decoradas, que dieron origen a un estilo distinto, en el que se mezclaron formas góticas hispanas y mudéjares con influencias flamígeras. Dicho estilo, llamado hispano-flamenco, fue el preludio del Renacimiento español. Su mejor exponente se encuentra en San Juan de los Reyes, en Toledo.