Grabado - pág.3

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A fines del siglo XIX, la xilografía conoció un resurgimiento de la mano de artistas como el francés Paul Gauguin y el noruego Edvard Munch, y ya en el XX, con los expresionistas alemanes del grupo Die Brücke (El Puente), que hallaron en ella unas texturas rudas y directas, afines a su estética, a la vez que recuperaban la tradición germana. El grabado sobre placa metálica surgió a partir del trabajo de los orfebres, que solían emplear el buril en sus labores. Los primeros grabados a buril se hicieron en Alemania, donde sobresalió el famoso Maestro de los Naipes, y, más tarde, en Florencia, ciudad en la que el orfebre Maso Finiguerra se dedicó al llamado grabado en dulce, sobre cobre. Artistas como Antonio Pollaiolo o Andrea Mantegna adoptaron el trabajo a buril y realizaron obras con un estilo más dibujístico, mediante trazos paralelos y ordenados. En Alemania, el gran maestro del grabado en hueco fue Martin Schongauer, cuyas obras se caracterizaron por un gran detallismo y un estilo compositivo casi barroco.