Arte Griego - pág.7

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Las figuras femeninas o korai, por su parte, permitieron al artista trabajar con un naturalismo cada vez mayor los pliegues de las túnicas. Tenían un brazo pegado al cuerpo y los pies juntos y se caracterizaban también por su frontalidad. Se cree que eran representaciones de doncellas dedicadas al cuidado de los templos. De principios del período arcaico proceden otras esculturas famosas, como el "Moscóforo", novedad iconográfica que unía una figura humana con otra animal, y el "Jinete Rampin" tratado a base de superficies cóncavas y convexas. Los relieves que decoraban los frontones de los primeros templos se adaptaron al marco arquitectónico, por lo que aparecían grandes desproporciones entre las figuras situadas en el centro y en los extremos. Con el tiempo se acabó colocando en los laterales personajes en actitudes inclinadas. Los relieves más interesantes proceden de los frontones del templo de Afaia en Egina. Las únicas manifestaciones pictóricas conservadas proceden de la cerámica. Atenas dominó sobre el resto de Grecia con su cerámica, realizada en un primer momento con la técnica tradicional de figuras negras, donde éstas aparecían silueteadas sobre el fondo rojo de la arcilla y los detalles se realizaban con líneas incisas. Hacia el 530 apareció un procedimiento nuevo, el de figuras rojas, en el que los detalles se realizaban con un pincel fino de color negro y las figuras se trazaban sobre el fondo de arcilla. Este último procedimiento, más pictórico, permitía un dibujo más virtuosista con el pincel, y era a menudo obra de auténticos pintores, que trabajaban en asociación con los alfareros.