Arte Griego - pág.12

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El escultor ateniense Praxíteles reflejó en sus dioses de mármol o bronce un espíritu bien diferente al de Fidias. Sustituyó la magnificencia de éste por la gracia y la belleza. Sus formas eran delicadas y curvilíneas, con una cualidad táctil en sus superficies, fruto del refinado acabado del mármol, que permitía estéticos efectos de luz. Enfatizó a veces el claroscuro por la forma de tratar el cabello en gruesos mechones. En su "Venus de Cnido", primer ejemplo de divinidad femenina desnuda, quedó patente su ideal de belleza. La postura incurvada del cuerpo de "Apolo" o de "Hermes con Dioniso niño" fue la característica más definitoria del estilo praxiteliano. El escultor Escopas, por su parte, dedicó especial atención a la expresión de las pasiones y al movimiento violento, rasgos visibles en su "Ménade", figura que retuerce patéticamente su cuerpo. Lisipo, el tercer gran artista de este período, siguió la tradición de Policleto y volvió a investigar las proporciones, lo que lo llevó a reelaborar el canon de su maestro para crear uno nuevo, más delgado y alargado, que se impuso en lo sucesivo. Lisipo rompió además la frontalidad, lo que permitió que la figura pudiese ser contemplada desde diversos puntos de vista y no desde uno solo, como era el caso de Policleto. Su ideal de belleza quedó representado en su "Cabeza de Alejandro Magno".