Arte Indio - pág.3

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Formación del arte indio Durante la etapa premaurya, entre el 800 y el 300 a.C., se produjo el nacimiento del budismo y del jainismo (siglo VI), la organización de algunas dinastías de limitado poder en el Ganges y la invasión de Alejandro Magno. Hacia el 321, la dinastía Maurya, oriunda del Ganges, formó un gran imperio, expulsó a los griegos y unificó el Indo, con lo que se pudo organizar el imperio maurya, cuyo momento más floreciente fue el del reinado de Asoka (fallecido en el 238). Este monarca estableció el centro político en Pataliputra (posterior Patna), ciudad de la que se conservan ruinas del palacio y las murallas, que hacen pensar en la existencia de una floreciente corte. Construcciones típicas de la época fueron las stambas, o pilares con los edictos imperiales, que se solían erigir en lugares estratégicos, como el llamado capitel de Sarnath. Entre los templos, que se adaptaron al budismo profesado por el emperador, destacaron los stupas o monumentos funerarios de peregrinación, con forma semiesférica, que indicaban el enterramiento de alguna reliquia, y cuyo mejor ejemplo es el stupa número 2 de Sanchi. También a este período se deben las primeras arquitecturas en piedra, de carácter rupestre, que imitaban las construcciones religiosas en madera, no conservadas. En estas cuevas apareció por vez primera el arco de kudú, típicamente indio, muy similar al arco gótico. Las intrigas cortesanas y las luchas exteriores acabaron con el imperio maurya, en pocas décadas tras la muerte de Asoka. Triunfaron entonces las dinastías Sunga, en el Ganges, y Andra, en la costa sudeste, durante los siglos II y I a.C. En esta etapa se dio una estética popular y se sentaron las bases de toda la iconografía india posterior. Continuó la edificación de stupas, como el de Bharhut, con abundante escultura en las balaustradas y portadas (toranas), de carácter sinuoso y criterios narrativos.