Arte Islámico - pág.3

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El otro aspecto característico del arte islámico es su riqueza decorativa, a base de motivos epigráficos (inscripciones coránicas en escritura cúfica o nasjí), vegetales (palmetas, hojas de vid y acanto) y geométricos (arabescos). Los mocárabes, o especie de estalactitas en yeso, de forma prismática y con una cara curva, eran también elementos decorativos insustituibles en el arte musulmán. Característicos fueron asimismo el uso frecuente del ladrillo, recubierto muchas veces con mosaicos y estucos o yesos; el empleo de arcos de herradura y polilobulados; el gusto por cubrir los espacios con cúpulas -elemento tomado de los bizantinos-, a menudo gallonadas; y el especial desarrollo de artes menores como la tapicería, la cerámica, la orfebrería, la miniatura y el vidrio. Evolución histórica Desde el siglo VII, en que la dinastía omeya propició las primeras construcciones, hasta el XVIII, en que se inició el declive del imperio otomano, el arte islámico vio aparecer, en distintos lugares del mundo entre España y la India, una infinidad de obras maestras.