Joyería y Orfebrería - pág.2

Antigüedad. Fueron las antiguas civilizaciones mesopotámicas las primeras que desarrollaron estas técnicas; las excavaciones realizadas en las tumbas reales de Ur, en Sumer, sacaron a la luz ajuares decorados con lapislázuli y piedras preciosas. Pero sería en Egipto donde, a partir del tercer milenio antes de la era cristiana, estas artes alcanzaron gran lujo. Allí se empleaba la incrustación de pastas vítreas o piedras preciosas en oro y otros metales. La joyería egipcia iba destinada al esplendor de los faraones, de lo que es muestra el ajuar funerario de Tutankamón.
Por lo que se refiere a occidente, el oro y la plata se utilizaban ya en la edad del bronce para realizar empuñaduras de armas o adornos personales, por ejemplo fíbulas o brazaletes. Hacia el 500 a.C., los objetos realizados por los artesanos celtas, decorados con motivos geométricos, mostraban ya una notable perfección.
Las culturas prehelénicas también trabajaron el oro y la plata con gran maestría, como lo atestiguan los llamados tesoros de Micenas y Príamo, compuestos por diademas, máscaras y vasos de oro. Los griegos contaron con grandes orfebres, como Teodoro de Samos, y algunos escultores, entre ellos Fidias, combinaron el oro con el marfil para realizar sus estatuas. Aunque debieron tener ricas joyas, éstas no se han conservado. Los romanos, que en un principio declararon su austeridad y renegaron del lujo, terminaron prestando una gran atención a las joyas y a los objetos de orfebrería.