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Otros materiales usuales han sido el bronce, cuyo empleo se generalizó en el siglo XVIII, y, en aquellas zonas donde escaseaba la madera, materiales ligeros como el bambú o el junco. Fue en el siglo XX cuando se incorporó a la industria del mobiliario una mayor variedad de nuevos materiales, de gran ligereza y resistencia, que permitieron la elaboración de muebles en módulos yuxtapuestos. Entre estos materiales sobresalen el acero y el aluminio y otros de origen plástico, como el poliestireno, poliuretano y polipropileno.
Para la decoración, carpinteros y ebanistas han recurrido a ricos tejidos, mimbres, bronces y dorados, incrustaciones de maderas y metales preciosos y, sobre todo, productos orientales como la laca, el nácar y la porcelana.
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