Mizoguchi KENJI

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La brillante fusión de lo tradicional y lo innovador han hecho de las obras del director de cine japonés Mizoguchi Kenji un punto de referencia esencial para comprender la evolución artística de Japón después de la ruptura traumática que supuso la segunda guerra mundial. Mizoguchi nació el 16 de mayo de 1898 en Tokio. De humildes orígenes, trabajó como asistente en un hospital y estudió pintura. Casi por casualidad fue introducido en los ámbitos cinematográficos que habría de frecuentar durante toda su vida. Aunque existen controversias sobre su primer filme, la crítica se muestra de acuerdo en señalar que fue Ai ni yomigaeru hi (1923; El día en que vuelve el amor). Con Zangiku monogatari (1939; Historia del último crisantemo) inició una larga serie de dramas de época que tuvieron como escenario la época Meiji. Después de la segunda guerra mundial, Mizoguchi se ocupó preferentemente de los problemas sociales creados a raíz del conflicto. Ugetsu monogatari (1953; Cuentos de la luna pálida), considerada como una de las mejores películas realizadas en Japón, es un notable ejemplo de este período creativo del cineasta.