Biblioteca y Biblioteconomía - pág.9

Después de la segunda guerra mundial se generalizó la construcción de bibliotecas modulares, grandes estancias vacías sostenidas por pilares cuyo moblaje puede cambiar de disposición y forma según las necesidades. La creciente diversificación de los centros bibliotecarios -nacionales, universitarios, populares, escolares, municipales, etc.- ha determinado, asimismo, diferentes alternativas en cuanto a organización espacial y ubicación. Las instalaciones deben adecuarse a la finalidad de cada biblioteca, para ofrecer comodidad de uso no sólo a los lectores, sino también al bibliotecario en la realización de su trabajo y ejercicio de sus funciones.
Así, una biblioteca universitaria, destinada a promover el estudio y la investigación, ha de instalarse de forma que sus fondos puedan incrementarse constantemente y en un lugar confortable dotado de salas de lectura y de investigación. Las bibliotecas populares deben encontrarse en los lugares de mayor tránsito de las localidades, y dividir sus instalaciones en diferentes secciones dedicadas a niños, personas de edad avanzada, medios audiovisuales, etc. Este tipo de estructuración en secciones resulta fundamental en las grandes bibliotecas nacionales, que compaginan las labores de apoyo a la investigación con la difusión cultural al público en general.