Códices - pág.5

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Las universidades se reservaban, asimismo, el derecho de inspeccionar la exemplaria de los libreros, de lo cual se encargaba todos los años una comisión especial. Además de estos libros de texto, que tenían cierta difusión, a fines de la edad media las iglesias y los grandes magnates solían encargar la confección de lujosos códices de gran valor artístico. Estos libros no eran realizados ya por copistas, sino por calígrafos e ilustradores muy especializados. Fue frecuente también la redacción de códices sobre pergaminos anteriormente escritos y borrados, que recibieron el nombre de palimpsestos, y proliferaron, sobre todo, durante los siglos Vll y Vlll, por la falta de pergaminos. Entre los palimpsestos más famosos sobresale el de la Biblioteca Vaticana, que contiene el texto De re publica de Cicerón. La invención de la imprenta y el desarrollo del papel como medio de escritura multiplicaron las posibilidades de edición de libros y la decadencia de los códices. No obstante, durante el Renacimiento, los estudiosos del clasicismo pusieron de moda la confección de códices escritos con la llamada littera antiqua, que fueron particularmente apreciados por los coleccionistas.