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La enorme e imprevista demanda de las obras de Martín Lutero convirtió, primero en Alemania y luego en el resto de la cristiandad, al recién nacido arte tipográfico en una gran industria.
La incidencia de los progresos técnicos, especialmente a partir del siglo XIX, favoreció la extensión del libro impreso y las revistas y periódicos. Así, desde 1840 se comenzó a fabricar el papel con pasta de madera, lo que supuso un gran ahorro en el costo. Hacia la década de 1920 se inventaron en los Estados Unidos, con éxito inmediato, dos máquinas revolucionarias, la linotipia y la monotipia, que redujeron extraordinariamente el tiempo de elaboración.
Modernos medios de comunicación
El uso del telégrafo, cuyos antecedentes pueden encontrarse en el empleo de banderas de colores por los griegos y de señales de humo por los indios americanos, tuvo su primer hito en el aparato inventado en el siglo XVIII por el físico francés Claude Chappe, que permitía transmitir mensajes articulados según un código convencional. Sin embargo, el telégrafo, tal como se conoce actualmente, se asocia al nombre del estadounidense Samuel Morse, que, en 1837, logró experimentar el primer telégrafo auténtico, con dos órganos de trabajo, el "manipulador" o emisor y el "receptor".
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