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Al igual que sucedió en la antigüedad, en los tiempos modernos han sido los Juegos Olímpicos los principales impulsores del atletismo mundial. En los juegos celebrados en Atenas en 1896 se incluía la disputa de doce pruebas -carreras de 100, 400, 800 y 1.500 m planos o lisos, 110 m vallas y maratón; saltos de altura, longitud, triple y pértiga (o garrocha); lanzamientos de disco y peso (o bala)-, a las que más adelante se agregarían otras, como los 200, los 5.000 y los 10.000 m planos, los 400 m vallas, los 3.000 m obstáculos o steeplechase, las carreras de relevos, los lanzamientos de martillo y jabalina, el decatlón, el pentatlón -la prueba femenina fue sustituida en 1981 por el heptatlón- y los 20 y los 50 km marcha. La participación regular de las mujeres en las pruebas atléticas de los Juegos Olímpicos se inició en 1928.
Pruebas
Las pruebas atléticas suelen clasificarse en dos grandes grupos, el de las carreras o pruebas de pista y el de los concursos. A ellos se añade un tercero, el constituido por el decatlón y el heptatlón, pruebas combinadas en las que se incluyen tanto carreras como concursos.
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