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Indice General | Enciclopedia de Deportes y juegos

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En realidad, la polémica acerca de la profesionalidad en el deporte descansa a menudo en la suposición de que el único fin del deportista profesional es el económico, suposición que, por lo demás, no se aplica a otros ámbitos. Así, por ejemplo, son muchas las personas que practican la música por afición; sin embargo, se considera perfectamente lógico que alguien decida dedicarse a esta actividad profesionalmente, lo que no implica que no ame la música, sino que, por el contrario, le permite dedicar a ella un mayor número de horas. El debate sobre la profesionalidad, pues, no radica tanto en una cuestión ética como en la dificultad práctica de establecer una clara diferenciación entre el campo profesional y el aficionado. Al margen del esfuerzo físico, la práctica deportiva exige también habilidad. Es en buena medida el despliegue de esta habilidad, que en ocasiones llega a considerarse casi un arte, el que da fundamentalmente al deporte su carácter de entretenimiento y espectáculo de masas. El deporte tiene, en suma, un valor decisivo para el ser humano. El esfuerzo físico que exige permite a los participantes liberar violentas energías y emociones.