Panteísmo - pág.2

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Al comparar los conceptos Dios y mundo, el problema se hace aún más complejo. En efecto, si el concepto Dios implica el infinito, tal concepto no podrá ser adecuadamente comprendido (ni, por tanto, utilizado) por el entendimiento humano, que es finito, limitado. Al comparar, o establecer relaciones entre Dios y el mundo, se comparan dos realidades heterogéneas como si fueran homogéneas; se trata el concepto Dios como cualquier otro concepto, cuyas leyes y operatividad conocemos suficientemente. Pero si Dios fuera una realidad como las realidades mundanas, no sería entonces Dios sino un elemento más del mundo. Santo Tomás de Aquino intentó resolver este problema acudiendo a la relación de analogía entre el ser de Dios y el del mundo. Analogía significa aquí que el ser de Dios es en ciertos aspectos homologable al ser de las realidades mundanas (razón por la que podemos saber algo de Dios) pero esencialmente distinto de éstas. El panteísmo ha sido rechazado tradicionalmente por los teólogos cristianos porque borra la distinción entre el creador y las criaturas, porque reduce a Dios a un ser impersonal, convirtiéndolo en algo inmanente (interno, no trascendente) al mundo, y porque niega en último extremo tanto la libertad humana como la divina.