|
La altitud, sobre todo en las zonas orientales, la influencia oceánica y los cursos fluviales introducen algunas variantes climáticas regionales en el esquema general.
Hidrografía. Los ríos africanos, a pesar de ser largos y caudalosos, no constituyen en general buenos cauces para la navegación, debido al relieve accidentado de sus cursos inferiores, con numerosas cascadas y rápidos. En la vertiente mediterránea desembocan los cortos ríos del Atlas, entre los que destacan el Muluya, el Shelif y el Medjerda, todos ellos de régimen torrencial (uadi), y el Nilo, de régimen irregular, que con sus 6.690 km es el río más largo del mundo. En el Índico desaguan el Zambeze y el Limpopo, ambos con régimen irregular de crecida, y en el Atlántico el Orange, también de tipo tropical, el Congo o Zaire, de tipo ecuatorial -caudal regular-, el Níger, el Gambia y el Senegal, más irregulares, y ya en la costa marroquí, los uadi Tensift y Sebu.
El curso endorreico más importante es el río Chari, que desemboca en el lago Chad, el cual sufre en la actualidad un proceso de desecación natural. La estructura tabular del continente y el fraccionamiento del escudo en las zonas de expansión de la corteza han favorecido la formación de numerosos lagos, entre los que cabe citar el Tana (Etiopía), cuna del Nilo Azul, y, más al sur, en la región de los grandes lagos, el Rodolfo, el Alberto, el Eduardo, el Victoria - segundo del mundo en extensión, con 69.
|