ESPAÑA - pág.36

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Las nuevas colonias pertenecían a la corona de Castilla, y todo lo concerniente a ellas -leyes, comercio, emigración- se centralizó en la Casa de Contratación, establecida en Sevilla en 1503. Muy pronto quedó patente que la estructura económica y social de Castilla no podía aprovechar en beneficio propio la empresa americana. La industria de la metrópoli fue incapaz de satisfacer las necesidades de las colonias, y Sevilla quedó convertida en el punto donde comerciantes y banqueros genoveses y alemanes encauzaban el oro, y después la plata, de las colonias hacia las repúblicas italianas y los Países Bajos. España cambiaba así los metales preciosos por productos manufacturados o los empleaba para pagar a los ejércitos que combatían en las interminables guerras europeas, en lugar de servirse de ellos para impulsar el desarrollo de su economía. La casa de Austria. En 1516, los derechos sucesorios de Castilla, Aragón y los diversos territorios dependientes de ambas coronas recayeron en el nieto de los Reyes Católicos, Carlos de Habsburgo. Heredero de los territorios borgoñones, entre los que destacaban los ricos Países Bajos, Carlos I de España no conocía el castellano cuando desembarcó en la península, en 1517. Ante la posibilidad de ser nombrado emperador de Alemania, consiguió un subsidio de las Cortes castellanas y marchó a Centroeuropa, dejando tras de sí a un regente extranjero y un gran descontento popular.