RUMANIA - pág.10

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Al estallar la primera guerra mundial, Rumania trató de permanecer neutral bajo el cetro de Fernando I (1914-1927). En agosto de 1916, sin embargo, entró en guerra contra las potencias centrales, con el propósito de incorporar al país Transilvania, aún bajo el poder del imperio austro-húngaro. Un primer ataque rumano fue repelido y convertido en retirada. En diciembre de 1916 Bucarest fue ocupado por los ejércitos enemigos. El gobierno y el ejército rumanos se acogieron a la protección rusa junto a las fronteras nororientales, pero la revolución rusa de 1917 los dejó entre dos fuegos. En mayo de 1918 Rumania firmó el armisticio con las potencias centrales. En noviembre del mismo año, ante el hundimiento de los imperios centrales, el país volvió a declararles la guerra, recuperando su antiguo territorio y recibiendo los de Transilvania y Bucovina del imperio austriaco y Besarabia de Rusia. La presión popular y la vecindad de la Rusia y la Hungría revolucionarias forzaron al gobierno a la concesión del sufragio universal y la reforma agraria. Una vez superados los daños de la guerra, el país comenzó a industrializarse a ritmo acelerado, pero la crisis mundial de 1929 lo afectó negativamente. Carol II (1930-1940) favoreció los intereses de las clases conservadoras y los monopolios extranjeros. En 1938 el rey hizo disolver todos los partidos políticos, excepto la Guardia de Hierro, de carácter fascista.