ESTEPA

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La palabra rusa step, que designa la vasta planicie ucraniana, da nombre a un ecosistema semiárido conocido como estepa. Las extensas llanuras esteparias están cubiertas por un tapiz vegetal discontinuo en el que predominan las especies xerófilas (adaptadas a la sequedad) de troncos herbáceos o leñosos, y escasean los árboles. La estepa representa, pues, un ecosistema de transición entre las áreas bioclimáticas húmedas y las áridas tierras desérticas. Estas superficies se caracterizan por tener un clima continental de inviernos y veranos extremados. Las precipitaciones, moderadas, oscilan entre los 250 y los 700 mm anuales. Los suelos son muy variados; van desde los fértiles chernoziom de las tierras negras ucranianas, ricas en humus, hasta los suelos arenosos y rocosos de las estepas de África y Australia. Dos tipos de estepas se extienden por el globo: la subtropical y la templada-fría. En la franja norteafricana situada entre el desierto sahariano y las regiones mediterráneas se da la estepa subtropical, caracterizada por tener un clima de inviernos lluviosos y una vegetación leñosa y espinosa (esparto, albardín). El suelo pobre y la coincidencia de las precipitaciones con la estación fría limitan las posibilidades agrícolas de estas regiones. En la llanura euroasiática (entre Rumania y los montes Altai), en las grandes planicies del centro de Norteamérica y en la Pampa argentina se da la estepa templada-fría.