MONTAÑA

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En todas las culturas humanas, la montaña ha tenido un significado mágico o religioso, relacionado con su altura, que acerca la tierra al cielo, y con sus rincones, grutas y parajes, aislados del resto del mundo. El interés científico por conocer la formación de las montañas ha dado lugar al desarrollo de los estudios de orogenia, incluidos dentro de la ciencia geológica. Se llama montaña a toda elevación natural de la superficie terrestre, cuya altitud destaca claramente sobre los terrenos circundantes. Las montañas pueden estar aisladas, pero lo más frecuente es que se presenten formando cadenas o cordilleras originadas por la fricción de las placas de la corteza terrestre. La cumbre de la montaña, diferenciada de los posibles bloques montañosos circundantes, suele denominarse pico o cima, y su extensión superficial es reducida. En relación con las montañas propiamente dichas, los montes, lomas y colinas se caracterizan por tener dimensiones y altitudes más limitadas, y la pendiente de sus laderas suele ser menor. A veces, los bordes de las mesetas adoptan una apariencia montañosa en relación con las llanuras sobre las que se alzan, tal como sucede en la altiplanicie mexicana o en el sur de la meseta central española. Las mesetas y altiplanos constituyen también elevaciones topográficas. Aunque su origen puede ser análogo al de los sistemas montañosos, al ser llana su superficie no pueden incluirse dentro de la categoría de montañas.