PRADERA

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Las grandes formaciones herbáceas se hallan distribuidas con desigual extensión por los cinco continentes. Junto con la sabana africana y las estepas eurasiáticas, las praderas norteamericanas constituyen uno de los ecosistemas más conocidos e importantes de este tipo que existen en el planeta. Aunque el término pradera designa en principio cualquier extensión herbácea en la que predominan las gramíneas, el mismo se aplica más específicamente al ecosistema típico de las regiones centrales de Norteamérica que cubre una amplia área comprendida entre el este de los Estados Unidos y la cadena de las montañas Rocallosas o Rocosas y cuyo límite por el norte lo señalan las masas boscosas de Canadá. Al mismo tipo ecológico que la pradera pertenecen otras formas herbáceas que se desarrollan en otras muchas áreas del mundo, tales como las sabanas africanas, las estepas de Eurasia y las llanuras cubiertas de hierba de extensas regiones de Sudamérica, el sur de Asia y Australia. En ellas predomina una vegetación de porte herbáceo con abundantes gramíneas, que se agosta en la época cálida y que resurge como un mar de verdor en la primavera. En ellas se asentaban en otro tiempo grandes poblaciones de mamíferos herbívoros, que aún subsisten en algunas partes, sobre todo en África, pero que han desaparecido en otros muchos lugares como consecuencia de la intervención humana.