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La agricultura y la ganadería son las actividades económicas más importantes del continente, aunque, salvo en las grandes plantaciones controladas por potentados locales o empresas extranjeras, los rendimientos son escasos y la producción no llega a cubrir las necesidades alimentarias de la población. El clima es el factor que determina básicamente el tipo de cultivos de cada región. En las zonas de clima mediterráneo se practica la característica agricultura de cereales, olivo, vid, frutales, legumbres, etc. Las grandes plantaciones tropicales de cacao, café, té, caucho, sisal, palma, algodón, plátano y caña de azúcar ocupan amplias zonas en las franjas tropicales del continente, alternando con pequeñas explotaciones indígenas de cereales (mijo y sorgo), algodón y hortalizas, y con la cría de ganado bovino y ovino, de bajo rendimiento. Las plantaciones se extienden también por la zona ecuatorial, combinadas con la explotación de las maderas preciosas (caoba, ébano) y con un tipo de agricultura itinerante de tubérculos (mandioca, batata, ñame), practicada con técnicas rudimentarias sobre suelos muy pobres.
La mayor riqueza de África son sus recursos mineros, explotados principalmente en la República de Sudáfrica (oro, diamantes, uranio, vanadio, níquel, etc.) y en la meseta de Katanga, en Zaire (cobre, zinc, plomo, estaño), lo que ha favorecido un importante desarrollo industrial en estas regiones. Otros abundantes recursos del subsuelo africano son el hierro, la bauxita, el manganeso v el cobalto.
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