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Hasta fines de la década de los ochenta sólo un cuatro por ciento de los rusos podía hablar alguna otra de las lenguas existentes en la federación, mientras que la mayoría de los demás grupos étnicos era bilingüe.
En términos generales, la población rusa se divide lingüísticamente en el grupo indoeuropeo, que comprende, entre otras, la lengua de los eslavos orientales (rusos, ucranianos y bielorrusos); el altaico, que incluye el turco, el mongol y el manchú-tungus; el urálico, que comprende el finougrio y el samoyedo; y el grupo caucásico, que abarca casi cuarenta lenguas, entre ellas el abjasio, el georgiano y el chechén.
El primer grupo, el indoeuropeo, se compone principalmente de población rusa, aunque incluye también a los bielorrusos y ucranianos. La lengua rusa, pese a haberse dispersado a lo largo del país, ha mantenido su homogeneidad. Los hablantes de indoiranio incluyen a los osetos de la región del Cáucaso. Asimismo, hay numerosos hablantes de alemán, y una nutrida población judía de lengua yiddish, aunque ambos grupos han mermado debido a la migración.
Dentro del grupo altaico domina la población de habla turca, la cual se concentra mayoritariamente en las repúblicas centroasiáticas, aunque existen importantes núcleos entre el Volga medio y los Urales -los bakshir, tártaros y chuvash-, y la región norte del Cáucaso -balkar, karachai, kumik y nogai-.
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