|
El carbón asturiano y el zinc de Cantabria contribuyeron también a hacer de la cornisa cantábrica el principal foco de expansión de la industria pesada. Sólo en la década de 1950 comenzó a formarse la gran concentración industrial de Madrid. La de 1960 conoció un intenso desarrollo económico; aunque las regiones industriales tradicionales no perdieron su importancia, comenzaron a destacar las concentraciones fabriles de Valladolid, Zaragoza, Pamplona, Vitoria, Sevilla, Huelva, Vigo, Cádiz, Valencia, Alicante, Las Palmas de Gran Canaria y otros muchos puntos.
En general, la industria siderúrgica y mecánica está concentrada en el norte, la textil en Cataluña y la ligera en el País Valenciano. Además, se fabrican vehículos de motor, de los que se exportan casi la mitad, en Zaragoza, Valladolid, Valencia, Pamplona, Barcelona, Madrid, Vigo y Vitoria, y material ferroviario en el País Vasco, Cantabria, Madrid y Barcelona. Se construyen barcos en los grandes astilleros de El Ferrol, Bilbao y Cádiz. La industria química y petroquímica es importante en Bilbao, Tarragona, Huelva y Santa Cruz de Tenerife. Bienes de consumo como zapatos, muebles y prendas de vestir se producen sobre todo en Valencia y Alicante, mientras que la industria alimentaria está repartida por todo el país. En Galicia y la cornisa cantábrica abundan las conserveras de pescado y las industrias lácteas, y en las vegas del Ebro y del Segura las fábricas de conservas vegetales.
|