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Hidrografía. El territorio venezolano se divide en dos grandes cuencas hidrográficas: la del Atlántico, que abarca el 82% del país, y la del Caribe, que recoge las aguas del resto. Una pequeña cuenca endorreica vierte en el lago de Valencia, en la depresión situada entre la serranía Litoral y la serranía Interior. El Orinoco, el río venezolano por excelencia, es uno de los más caudalosos del continente. Nace junto a la frontera brasileña, y en su primer tramo su rápida corriente se dirige hacia el oeste. Un brazo, el Casiquiare, se desprende de la corriente principal, llevando parte de sus aguas al Amazonas a través del río Negro. El brazo principal del Orinoco continúa hacia el oeste hasta llegar a la frontera colombiana, donde cambia su dirección hacia el norte. Después de recibir por su margen izquierda los ríos Meta, Cinaruco, Capanaparo, Arauca, Apure, Portuguesa y Guárico, que le aportan aguas de la vertiente oriental andina y de los Llanos, se dirige resueltamente hacia el este, hasta su desembocadura en el Atlántico. Recibe por su margen derecha los ríos Ventuari, Caura y Caroní, entre otros, que al bajar del macizo de las Guayanas poseen gran potencial hidroeléctrico.
Además de la cuenca del Orinoco, la vertiente atlántica comprende también las cuencas de los ríos San Juan y Guanipa, que desembocan en el golfo de Paria; Cuyuní, que lleva las aguas de la parte oriental del macizo de las Guayanas al Esequibo; y Negro, que aporta las del extremo meridional de Venezuela, así como las del Casiquiare, al Amazonas.
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