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El Parnaíba y el São Francisco son los principales ríos de la meseta brasileña, junto con el Tocantins, que desemboca en el gran delta del Amazonas, y el Paraná, el Paraguay y el Uruguay, que constituyen el estuario del río de la Plata, muy ancho y profundo. El cauce del Paraná-Paraguay es navegable hasta Corrientes, donde se unen ambos ríos. La cordillera de la Patagonia da origen al Colorado, al Negro y al Chubut.
Al contrario de lo que sucede en la vertiente atlántica, en la costa pacífica pocos ríos alcanzan un caudal o longitud dignos de reseñar. Los más destacados se hallan en Norteamérica: el Fraser, en Canadá; el Columbia y su afluente el Snake y el Colorado, que discurre por el Gran Cañón, en los Estados Unidos.
Los depósitos lacustres son muy numerosos en Norteamérica. En Canadá se hallan los lagos glaciares del Oso, de los Esclavos, el Athabasca, el Wollaston, el Reindeer, el Southern Indian, el Winnipeg y el Manitoba. En la frontera entre Canadá y los Estados Unidos se sitúan los cinco grandes lagos denominados Superior, Michigan, Hurón, Erie y Ontario, y en Utah (oeste de los Estados Unidos) se encuentra el Gran Lago Salado. En México destaca el lago de Chapala, y en Centroamérica los de Nicaragua y Managua, ambos en Nicaragua, y el de Gatún, en Panamá, recorrido por el canal que comunica ambos océanos.
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