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Indice General | Enciclopedia de Geografí­a

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Los virreyes, cuando no se sumaron a la corrupción general, chocaron de frente con los intereses de los conquistadores y sus descendientes, enriquecidos con el trabajo de los indios en los campos de labor y en las minas de metales preciosos. Muy pronto comenzó el proceso de mestizaje racial y cultural. Poco a poco fue instaurándose una rígida estructura administrativa, a semejanza de la metrópoli castellana. Se crearon tres audiencias en el virreinato: México, Guadalajara y Guatemala. En 1572 se estableció el tribunal de la Inquisición. El comercio exterior se reglamentó estrictamente, habilitándose Veracruz para los intercambios con España y más tarde Acapulco para el comercio con las islas Filipinas. A lo largo del siglo XVIII, la Nueva España conoció una época de esplendor. En los primeros años del siglo salió a la luz el primer periódico, la Gaceta de México. En 1767 fueron expulsados los jesuitas, hecho que, como en el resto de la América española, repercutió negativamente en la situación de amplios sectores indígenas. Surgieron en muchas poblaciones nuevos palacios y catedrales y a fines del siglo fueron restaurados los caminos abandonados desde los tiempos del imperio azteca. Se impulsó el comercio interno, se desarrollaron las manufacturas y se liberalizaron los intercambios con España. Al comenzar el siglo XIX, la Nueva España contaba con más de seis millones de habitantes, de los cuales una décima parte eran considerados "españoles" (tanto europeos como criollos, nacidos en América) y tenían en sus manos la casi totalidad de la riqueza del país.