MÉXICO - pág.36

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Sin embargo, en su funcionamiento interno el sistema porfirista se apoyó en la corrupción generalizada. Las grandes masas desposeídas no vieron mejorar su situación, mientras un incipiente proletariado urbano comenzaba a agitarse en las principales ciudades. Bajo la apariencia de un normal funcionamiento constitucional, el poder férreo de Díaz consiguió mantener al país alejado de las discordias civiles durante un largo período, por primera vez en la historia del México independiente. La revolución. Las diferencias económicas entre una clase alta cada vez más rica y un pueblo hambriento y analfabeto fueron haciéndose cada vez mayores hasta que, a raíz de una nueva reelección de Díaz, tachada de fraudulenta, se extendió por todo el país una fuerte ola de descontento. La revolución estalló en noviembre de 1910. Porfirio Díaz se vio obligado a emprender el exilio en mayo de 1911, muriendo poco después en París. Accedió a la presidencia de la república su principal oponente, Francisco I. Madero. El asesinato de éste en febrero de 1913 dio el poder a Victoriano Huerta, que prescindió de la constitución mientras el país se ahogaba en la guerra civil; los Estados Unidos, que apoyaban a la oposición constitucional contra el golpista Huerta, se apoderaron temporalmente de Veracruz. Varios caudillos populares -Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Francisco Villa- acosaron a Huerta, que hubo de abandonar el poder en 1914.