ALEJANDRO MAGNO - pág.3

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En la batalla de Isos (333) se consumó la derrota de los persas y comenzó el ocaso del gran imperio. A continuación, el rey macedonio emprendió la conquista de Siria (332) y se adentró en Egipto. El sueño de Alejandro de unir la cultura oriental y la occidental empezó a hacerse realidad. El rey de Macedonia inició un proceso personal de orientalización una vez que tomó contacto con la civilización egipcia. Respetó los antiguos cultos a los dioses egipcios, e incluso se presentó en el santuario del oasis de Siwa, donde fue reconocido como hijo de Amón y sucesor de los faraones. En el 332 fundó Alejandría, ciudad que habría de convertirse en uno de los grandes focos culturales de la antigüedad. Tras someter Mesopotamia, Alejandro se enfrento de nuevo con Darío en la batalla de Gaugamela (331), que supuso la definitiva caída de Persia en poder de los macedonios. Muerto Darío (330), Alejandro Magno fue proclamado rey de Asia y sucesor de la dinastía persa. Su proceso de orientalización se acentuó con el uso del sello de Darío, la tiara persa y el ceremonial teocrático de la corte oriental. Además, en el 328 contrajo matrimonio con Roxana, hija del sátrapa de Bactriana, con la que tuvo un hijo. Esta tendencia hacia la fusión de las dos culturas produjo recelos entre sus lugartenientes macedonios y griegos, que temían un excesivo alejamiento de los ideales helenos por el monarca.