ATAHUALPA

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El último soberano de los incas no supo mantener la unidad y la paz que hubieran necesitado sus dominios para poder enfrentarse con eficacia a los conquistadores españoles y evitar de ese modo el hundimiento del gran imperio andino. Atahualpa nació en torno al año 1500, hijo del inca Huayna Cápac y de la princesa de Quito, Túpac Paclla. A la muerte de su padre, heredó la parte norte del imperio, en contra de la voluntad de su hermanastro Huáscar, que no se mostraba dispuesto a compartir el poder. La guerra civil que estalló entre ambos hermanos fue devastadora y se prolongó durante años. Al conocerse el desembarco de los españoles en el norte del Perú, Atahualpa intentó pactar una tregua, pero Huáscar se opuso y la contienda se reanudó con mayor encarnizamiento. Por fin, en la batalla de Quipaypán (1532) Atahualpa venció a su hermanastro, a quien apresó y a quien posteriormente, preso a su vez de los españoles, mandaría ejecutar. El 15 de noviembre de aquel mismo año, Francisco Pizarro, al frente de una fuerza de doscientos soldados, se entrevistó con Atahualpa en Cajamarca. Al negarse éste a aceptar la fe cristiana y a rendir vasallaje a Carlos V (I de España), el conquistador español ordenó a sus hombres que cargaran contra los sorprendidos incas.