DOMICIANO

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Último emperador de la dinastía Flavia, Domiciano ha pasado a la historia por su política centralizadora y por la actitud tiránica que adoptó en los últimos años de su gobierno. Tito Flavio Domiciano nació en Roma el 24 de octubre del año 51 de la era cristiana. Hijo de Vespasiano, fue nombrado emperador a la muerte de su hermano Tito, ocurrida el 13 de septiembre del 81. Su política interna se caracterizó por la disminución del poder del Senado, cuya hostilidad se granjeó al concentrar sobre su persona los títulos de cónsul (cargo que ocupó desde el 82 al 88) y de censor perpetuo (desde el 85). Asimismo, Domiciano reforzó y reorganizó la administración del imperio, para cuya gestión se sirvió principalmente de la clase ecuestre, y admitió para desempeñar cargos públicos importantes a miembros de la nobleza provincial. En el campo militar Domiciano obtuvo sus mayores éxitos, aunque magnificó exageradamente sus victorias. Durante su reinado se consumó la conquista de Britania, se construyó un limes (frontera) fortificado a lo largo del Danubio frente a los germanos y se consiguió una paz ventajosa con los dacios. La violencia y crueldad que demostró en los últimos años de su vida acrecentaron su impopularidad. A fin de sufragar los gastos del ejército y la construcción de grandes obras públicas aumentó los impuestos y realizó confiscaciones arbitrarias de los bienes de la aristocracia.