ENRIQUE II DE INGLATERRA

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El reinado de Enrique II, que consiguió fortalecer la autoridad real frente al excesivo poder de la nobleza y la iglesia, se vio ensombrecido por las conspiraciones de sus propios hijos para conseguir el poder. Enrique Plantagenet nació en Le Mans, Francia, en 1133. Hijo de Godofredo V Plantagenet y de Matilde I de Inglaterra, recibió los títulos de duque de Normandía y Aquitania y conde de Aniou antes de ser proclamado rey de Inglaterra en 1154. Por su herencia paterna y su matrimonio con Leonor de Aquitania, Enrique II adquirió el control sobre el reino de Inglaterra y la mayor parte del occidente francés, desde Normandía hasta los Pirineos. Cuando Enrique II subió al trono, sus dominios estaban agitados por incesantes luchas feudales. Para conseguir la unidad y la pacificación del reino, ejerció con energía la autoridad real y desarrolló una potente burocracia. Creó un gran número de funcionarios reales y centralizó la administración. En materia legislativa, hizo que triunfase el derecho consuetudinario (tradicional) sobre el romano y obligó a los nobles a someterse a la ley en los tribunales ordinarios. Las Constituciones de Clarendon, promulgadas en 1164, limitaron considerablemente las competencias de los tribunales eclesiásticos. Este hecho granjeó al rey la oposición de su antiguo amigo, el arzobispo de Canterbury Tomás Becket, asesinado en 1170.