FRANCOS

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En los primeros siglos de la edad media, el principal reino cristiano de Europa fue el de los francos, que llegó a extender su dominio por los territorios de Francia y el oeste de Alemania. Entre los siglos VIII y IX, la dinastía franca de los carolingios intentó restaurar la autoridad del Imperio Romano sobre occidente. Los francos eran un pueblo de habla germánica procedente del norte del río Rin que, a partir del siglo III de la era cristiana, comenzaron a invadir las tierras romanas de la Galia. Tres familias o clanes principales conformaban la confederación de tribus francas: los salios, los ripuarios y los chatti. La penetración en la Galia no se realizó de manera homogénea; los salios se desplazaron a las tierras situadas al norte del Loira, mientras que los chatti y los ripuarios ocuparon la zona del Rin y el nordeste de la Galia. El número de miembros de la tribu salia era escaso, pero consiguió ésta someter a tribus que se rebelaban frecuentemente contra el estricto orden establecido por el Imperio Romano. Al mismo tiempo, tropas auxiliares francas se aliaron al Imperio Romano en la lucha contra las invasiones de otros pueblos germanos, e incluso algunos francos llegaron a ocupar altos cargos en el ejército y el estado romanos. En el siglo V, el rey salio Childerico, aliado de Roma, consiguió el dominio sobre una extensa zona del norte de la Galia, incluida la cuenca parisiense.