INOCENCIO III

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Con la figura de Inocencio III, que llevó a cabo una intensa actividad religiosa y política, el papado medieval alcanzó la cima de su prestigio y su poderío. Lotario di Segni nació en el castillo de Gavignano, cerca de Roma, hacia 1160. Perteneciente a una familia noble, estudió teología y derecho canónico en Roma, París y Bolonia. En 1190 el papa Clemente III, posiblemente pariente suyo, lo nombró cardenal diácono, y en los años siguientes Lotario escribió diversos tratados donde expresaba sus ideales ascéticos y su concepción de las relaciones entre los poderes temporales y espirituales. En 1198, a la muerte de Celestino III, fue elevado al solio pontificio con el nombre de Inocencio III, y desde el primer momento manifestó un enérgico carácter en la defensa de los derechos de la iglesia. Para ello logró la anexión de Spoleto, Ancona y Rávena a los Estados Pontificios, e impuso su autoridad efectiva sobre éstos. De manera paralela emprendió la reforma de la curia romana y de los monasterios, y favoreció la creación de órdenes religiosas mendicantes, sobre todo las de los franciscanos y los dominicos. Como cabeza espiritual de la cristiandad promovió la cuarta cruzada (1202-1204), cuyo único resultado fue la conquista por los latinos de la capital bizantina, Constantinopla, y la cruzada emprendida en el sur de Francia contra los herejes cátaros -o albigenses-.