MONROE, DOCTRINA

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"América para los americanos" es el famoso lema que resume la doctrina Monroe, conjunto de principios que inspiró la política exterior del gobierno estadounidense desde 1823. James Monroe, político estadounidense, fue elegido presidente de la república dos veces consecutivas, desempeñando el cargo de 1817 a 1821 y de 1821 a 1825. En el transcurso de su segundo mandato apoyó firmemente la opción independentista de las colonias españolas del continente americano, y su gobierno fue uno de los primeros en reconocer diplomáticamente las nuevas repúblicas. En el año 1823, ante la posibilidad de que las potencias europeas de la Santa Alianza ayudaran al rey español a recuperar sus perdidas colonias en el continente americano, el gobierno británico, que temía perder aquel mercado, instó al estadounidense a redactar una declaración conjunta oponiéndose a tal intento. En lugar de ello, el presidente Monroe, por iniciativa del secretario de estado, John Quincy Adams, proclamó en ocasión de su discurso anual al Congreso, el 2 de diciembre de 1823, varios puntos que habían de inspirar en lo sucesivo la política exterior de su nación: (1) los Estados Unidos renunciaban a intervenir en las disputas y conflictos internos entre países europeos; (2) los Estados Unidos reconocían y no pretendían modificar la situación legal de las colonias y dependencias existentes en ese momento en América; (3) el continente americano quedaba cerrado a cualquier intervención colonizadora de las potencias europeas; y (4) el intento de cualquier poder europeo de oprimir o controlar cualquier nación americana que hubiera conseguido ya su independencia sería considerado como un acto hostil contra los Estados Unidos.