OTOMANO, IMPERIO

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Un pequeño grupo humano, el de los turcos otomanos, fue el creador de un imperio que, tras establecer su capital en Estambul, la antigua Constantinopla, alcanzó en el siglo XVI el cenit de su poder, extendiéndose por Asia, África y Europa. Sin embargo, su incapacidad para competir con la Europa occidental en la carrera hacia la modernidad, hizo que el imperio de la sublime puerta languideciera hasta su definitivo derrumbamiento, a comienzos del siglo XX. Los turcos otomanos Las grandes invasiones mongolas del siglo XIII expulsaron de la región de Jurasán a numerosas tribus turcas que hubieron de establecerse en el oeste de Asia, principalmente en Anatolia, de donde fueron expulsando a su vez a la población bizantina. Osmán u Otmán, caudillo de un pequeño pueblo turco, aprovechó la debilidad interna del imperio selyúcida para independizarse al frente de la provincia de Sögüt. De él deriva el nombre de "otomano" que se dio a su pueblo. Osmán I (que gobernó de 1281 a 1324) inició la expansión de su pequeño estado por los territorios del imperio bizantino. Su hijo Orján Gazi (1324-1360) tomó las importantes ciudades de Brusa (Bursa), Nicea (Iznik) y Nicomedia (Izmit). Gran organizador, Orján creó un nuevo ejército, en el que destacaron las unidades de jenízaros, y consolidó la estructura del estado. El año 1354, con la conquista de Gallípoli, los turcos otomanos pusieron pie en Europa por primera vez.