POLIBIO

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Al historiador griego Polibio se debe una de las obras más fiables sobre el período de la gran expansión de la república romana, habiendo sido él mismo testigo de algunos de los acontecimientos en aquella época. Polibio, que era hijo de un prominente ciudadano de Acaya, Grecia, nació en Megalópolis, ciudad de aquella región, hacia el año 200 a.C. Partidario del poder de Roma, fue enviado a esa ciudad como rehén en el 168. Allí entabló amistad con Escipión Emiliano, eminente militar y protector de las artes y las letras, a quien acompañó a África; de este modo, Polibio fue testigo de la destrucción de Cartago en el año 146. Cuando Acaya fue derrotada por Roma, Polibio intercedió para conseguir un trato ventajoso, por lo cual se le erigieron estatuas en la región. De la Historia de Polibio, compuesta por cuarenta libros, sólo se conservan los que van del primero al cuarto; la obra completa narraba lo acontecido entre los años 220 y 168 a.C., el período en que Roma se hizo señora del mundo. Para Polibio, la historia es una disciplina esencialmente didáctica, pues es útil como entrenamiento para la actividad política, y también para aprender a soportar las propias desdichas mediante el conocimiento de las ajenas. También es una disciplina pragmática, que debe ocuparse ante todo de los acontecimientos políticos y los militares, y no de temas mitológicos o genealógicos.